El rechazo debe caer (parte3)
Vivir de la aceptación, no para la aceptación
Nuestro gigante del rechazo no se va a derrumbar mientras nosotros admitamos que necesitamos aceptación desesperadamente. Si eres demasiado orgulloso para reconocerlo, es probable que haya algunos demonios de tu pasado todavía rondando en la oscuridad. Fuimos hechos para que nuestro Padre celestial nos aceptara y abrazara. Fuimos hecho para ser amados… gratuitamente.
La buena noticia en todo es que, en Cristo tenemos todo lo que anhelamos. Todo lo que necesitamos. No nos estamos esforzando para ganar aceptación . Ya la tenemos.
Vivimos de su aceptación, no de la aceptación de los demás. Cairo que queremos que la gente nos quiera y que le agrademos. Y queremos amar de tal manera que podamos recibir el “Bien hecho” del cielo. Pero vivimos sabiendo que somos plenamente amados y aceptados por Él.
Inmediatamente antes de que comenzaran los juegos Olímpicos del 2016, tuve la oportunidad de dirigir un estudio bíblico para algunos de los nadadores del equipo de Estado Unidos. Estaban entrenando en Atlanta, y me pidieron que me reuniera con ellos en una sala de un hotel en el centro de la ciudad. Solo tendría unos pocos minutos para hablarles, porque tenían una agenda extremadamente apretada. Algunos de los nadadores aún tenían que realizar sesión nocturna de entrenamiento antes de viajar a Río la mañana siguiente.
Un nadador que había estado en una de nuestras Conferencias “Passion” me había invitado. No estaba totalmente seguro quiénes eran los demás atletas que se encontraban en la sala. Después supe que había algunos atletas ganadores de varias medallas de oro y algunos nadadores aspirantes que iban rumbo a las Olimpiadas por primera vez. En la mañana antes de la reunión, yo le pregunté a Jesús qué quería Él que les compartiera. Sentí que el Espíritu dirigia mi corazón hacia el Evangelio de Mateo, capitulo 3 . Eso es, pensé. Estaba ansioso por llegar al estudio bíblico.
En este texto, Jesús tenía treinta años de edad y estaba listo para cumplir la misión que lo había traído a la tierra. Aquel día, había sido bautizado, salió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. Y una voz del cielo decía : “Este es mi Hijo amado, estoy muy complacido con el.” (v.16-17)
¡Qué detalle tan asombroso!
Jesús estaba iniciando su ministerio público, pero su Padre dijo que ya lo amaba. Aún no había predicado ningún mensaje, sanado a nadie, caminado sobre las aguas , ni muerto en una cruz. y sin embargo , su Padre ya estaba muy complacido con Él.
Dios derramó en abundancia su aceptación sobre su Hijo antes de que hiciera nada.
Yo estaba en medio de un circulo de ganadores. Estos atletas se habían sacrificado toda la vida para competir y ganar. Pero ganar no nos garantiza que el gigante del rechazo no nos tenga la bota al cuello.
Yo les dije: “No sé exactamente qué han sido entrenado a pensar cuando están sobre el bloque, listos para la señal que inicia la carrera. Piensen lo que le hayan enseñado sus entrenadores. Le eché una mirada al jefe de los entrenadores, que sonrió y asintió. Pero si pueden, tomen medio segundo para mirar al bloque e imagínense que tiene escrita la palabra aceptado, junto con su nombre. Escuchen a su Padre Celestial decir a oídos de todos: “Este es mío,” . Imaginen que Él les susurra al oído: “Te amo, te amo en verdad. Ya estoy muy complacido contigo”. Y después naden, “¡Naden como locos!, No porque la aceptación los esté esperando al final de la competencia , sino porque ya la tienen.
Goliat debe caer/Louie Giglio
(Gana la batalla contra tus gigantes)