Manten la actitud correcta… cuando el viaje se ponga difícil

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No importa lo que te suceda, decide pasar por ello con la actitud correcta. De hecho, decide de antemano que mantendrás una actitud positiva en medio de cada situación negativa que se te presente. Si tomas esta decisión y meditas en ello durante un tiempo bueno en tu vida, entonces cuando surja la dificultad ya estarás preparado para mantener una buena actitud. Por ejemplo, si se te presenta una factura inesperada o una reparación importante, decide en tu mente que no te quejarás porque tienes que apretarte el cinturón financiero por unos meses para compensarlo. En cambio, mira el desafío como una aventura y decide que encontrarás maneras creativas de recortar costos por un tiempo y buscarás maneras de disfrutar la vida sin gastar dinero. Yo he sido testigo una y otra vez de cómo Dios ayuda a las personas que mantienen una buena actitud en momentos desafiantes. Recientemente oí de una pareja que estaba batallando económicamente pero que también estaba decidida a mantener una actitud buena, positiva y agradecida.

El hombre, al que llamaremos Juan, trabajaba en un restaurante y un día un cliente tuvo un ataque al corazón mientras comía allí. Juan tenía algo de formación médica por haber estado en las fuerzas armadas, y pudo aplicar reanimación cardiopulmonar para mantener al hombre respirando y su corazón latiendo hasta que llegasen los paramédicos. Resultó que el hombre cuya vida fue salvada era muy rico, y como agradecimiento le dio a Juan un cheque de cinco mil dólares como modo de decir: “Gracias por salvarme la vida”. La buena actitud que mantuvo la pareja en su batalla económica abrió la puerta para que Dios obrase de modo milagroso en sus vidas.

A lo largo de la Historia tenemos ejemplos de personas que han mantenido buenas actitudes al afrontar momentos difíciles, y mediante ellas han convertido sus problemas en oportunidades. Concretamente, pienso en varios individuos que fueron encarcelados y escribieron algunos de los libros más influyentes que el mundo haya conocido nunca, como: Carta desde la cárcel de Birmingham por Martin Luther King Jr., El Progreso del Peregrino por Juan Bunyan, y La Historia del Mundo de Sir Walter Raleigh. Aunque el famoso compositor Ludwig van Beethoven no fue literalmente encarcelado, se quedó sordo casi por completo y sufrió una gran tristeza durante un periodo de su vida; y fue entonces cuando escribió sus mejores sinfonías. Sin duda, esas personas podrían haber tenido terribles actitudes cuando afrontaron los problemas, pero tomaron una decisión y mantuvieron la mejor de las actitudes durante los peores momentos, y realizaron contribuciones que siguen siendo leídas y oídas en el mundo actualmente. No creo que ellas sencillamente nacieran siendo personas positivas; creo que tuvieron que hacer una elección y decidieron hacer la que les beneficiaría a ellos mismos y también al mundo. Uno de los peores errores que podemos cometer en nuestros pensamientos es creer que sencillamente no somos como esas personas positivas y que no podemos evitarlo. Si crees que no puedes hacer nada con respecto a tus pensamientos y tu actitud, entonces estás derrotado antes de ni siquiera intentarlo.

Sin importar con qué dificultad te encuentres, mantener la actitud correcta será mucho más fácil que recuperar la actitud correcta; por tanto, en cuanto sientas que tu actitud está perdiendo altitud, haz un ajuste. Recuerda resistir al diablo desde un principio (ver 1 Pedro 5:8, 9). En otras palabras, en cuanto el enemigo envíe pensamientos negativos a tu mente, detenlos. Decide que no estarás de acuerdo con ellos y determina que no escucharás más su voz. Disciplínate para permanecer firme con tu actitud positiva en cada circunstancia. La desgracia siempre será una opción; siempre puedes escoger ser infeliz y pesimista, pero también puedes escoger ser optimista y feliz.

Piensa en ello ¿Cómo puedes comenzar a hacer ajustes de actitud ahora para ayudarte a mantener una buena actitud la próxima vez que te encuentres delante de un desafío? Puede ser tan fácil como decir: “Entiendo que la vida no es perfecta pero, con la ayuda de Dios, voy a ser estable aun durante las tormentas de la vida”.

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