No se puede dañar al Cristiano
¿puede dañarnos la tentación?
No solo creo que nadie pueda dañarme, sino que también creo que nadie puede dañar a alguien más. A veces usamos muy a la ligera el lenguaje. Un hombre roza a otro y décimo : “le ocasiono una herida” . Un individuo empieza a calumniar a otro y decimos : “le daño su reputación”. Pero estamos usando las palabras con mucho descuido. El simple hecho es que nadie puede dañar a alguien más, lo único que puede hacer es ponerle tentación en el camino y hacer lo posible para que esa persona se hiera a sí misma.
Daré ilustraciones biblicas de esto. Recuerde a Adán y Eva en el huerto del Edén. Alguien podría decir: ¿Cómo puede usted afirmar eso, señor? El diablo perjudico a Adán y Eva. – Yo replico “El diablo no hizo eso”.
Satanás no perjudico a Adán ni a Eva. Simplemente les dijo como perjudicarse ellos mismo, y fueron lo suficientemente tontos para aceptar la proposición. Si se hubieran puesto firmes en su propia piedad y hubieran creído a Dios, ninguno de los dos habría salido perjudicado ni habrían tenido que decir que el diablo los perjudico, y por lo tanto no habrían salido dañados. Pero ellos aceptaron la proposición de que debían perjudicarse a si mismos y por tanto se hicieron daño. A menos que usted abra la puerta y permita que el diablo entre, él es totalmente inofensivo y no puede lastimar a nadie.
Más tarde, ese mismo diablo que tuvo éxito al tentar al primer Adán para que se ganará así mismo, se acercó al segundo Adán y comenzó la misma artimaña infame. ¿Hasta dónde llegó con el segundo Adán? A ninguna parte, porque el segundo Adán no se daño a sí mismo. El primero lo hizo, pero el segundo
Nuestro Señor Jesucristo, se negó a hacerlo, pues se afirmó en su propia espiritualidad y en su propia fe , y expreso: “Escrito está”. y el diablo se alejó avergonzado porque no tuvo éxito en hacer el segundo y último Adán se perjudicara. Jesucristo fue más listo. No cedió a la tentación , y así nadie lo dañó ni tampoco el diablo pudo hacerlo.
Nunca he sido alguien muy consciente del diablo. Siempre he sido un poco temeroso de aquellas personas relacionadas con el mundo de las tinieblas. No creo que se debe visitar el informando, ni siquiera con el propósito de escribir un artículo. Creo que debemos alejarnos y salir del informando.
A esa vieja Madame Fulana de Tal con un trapo enrollado en la cabeza, que adivina el futuro en un sucio sótano… déjela sola aléjese de ella. ¿Qué está buscando al entrar allí? A menos que usted esté llevando el evangelio y congregándose en ese lugar, ¿para qué quiere bajar a ese cuchitril? Antes que nada, ¿por qué quiere estar allí? ¿por qué andar con asesinos , vagabundos, drogadictos y atracadores? Aléjese de ellos, y no ande nervioso y asustadizo con relación a esas personas.
¿Por qué debemos siempre ser conscientes del maligno? He conocido individuos que estuvieron en tal contacto con el diablo que este les estuvo respirando en la nuca todo el tiempo, y ellos oraron sin cesar suplicando frenéticamente : “Oh, Señor, libérame y ayúdame” . Puedo darme cuenta de que quizás algún momento en su vida usted tendrá un encuentro con el diablo y realmente deberá ponerse de rodillas y orar. Pero en la mayoría de los casos , si usted se olvidará del diablo y enfocara su atención en el eterno,imperecedero y victorias, Hijo de Dios, derrotaría al diablo y lo dejaría impotente.
Por tanto, solo usted puede hacerse daño . Deje de mirar a atrás creyendo que el diablo lo está alcanzando . Él nunca lo alcanzará si por fe usted cree que nadie puede dañar a un hombre piadoso.
A.W. TOZER (La verdadera vida cristiana)