Sé humilde

sehumilde

Yo pensaba que el mundo me pertenecía: los bienes, el oro y la gente, la tierra y el mar. Dondequiera que andaba bajo el cielo de Dios, mi palabra era “YO” . Pasaron los años. Mi sendero se iluminó en el fragmento de una visión querida. La palabra YO ya no era suficiente, de modo que decia: Yo y Cristo. Pero, mientras más lo he contemplado, su gloria ha ido en aumento y la mía ha ido menguando. Me sentía tan pequeño y Él tan grande, que sólo me atrevia a decir : “Cristo y yo” . Muchos años más permaneció allí la visión y me miro a la cara y yo hable con el tono más humilde: “Cristo…”

Humildad es perfecta quietud de corazón. Consiste en no tener problemas. El humilde no se enoja, no se irrita, no se resiste, ni se desengaña no espera nada no se extraña del daño que le causan, ni tiene sentimientos malos contra el causante. Cuando se le calumnia e insulta permanece sereno. Tiene un bendito hogar donde mora el Señor y donde puede acudir , cerrar la puerta y arrodillarse delante del Padre en secreto. Está en paz, como el profundo mar permanece calmo cuando la superficie está en tempestad. Nosotros caminamos por el sendero superior de la vida si caminamos humildemente con Dios.

Comments

comments