La hambruna espiritual de hoy
Hoy día, más gente que nunca está espiritualmente malquerida.
Demasiadas cosas en nuestra sociedad distraen a la gente de las cosas de Dios y les animan a concentrarse en cambio en la vida material. La gente se enreda en hacer dinero para comprar mejores casas y automóviles de último modelo o estar a la última en cuanto a las modas. Las familias cada vez viven más alejadas, lo cual elimina otra estructura de apoyo espiritual importante. El tiempo para la iglesia y los asuntos religiosos, incluso para pasar tiempo tranquilo en la naturaleza, se deja a un lado por nuestros programas ocupados y entretenimientos. La calmada voz de Dios de ahoga en el constante zumbido de la televisión o por intentar excesivamente estar al día con los amigos en Facebook.
Yo ciertamente no estoy inmune a las tentaciones que he mencionado. Vivo mi vida diaria en el entorno espiritual, pero tengo un trabajo dirigiendo un ministerio internacional y eso me puede dejar un ministerio internacional y eso me puede dejar agotada como los trabajos de otras personas pueden dejarles. Los que estábamos en el ministerio nos hemos comprometido a dejar nuestra vida de lado por servir a otros, y lo hacemos con alegría, pero eso no significa que sea fácil o emocionante todos los días. Tengo que estar realmente cerca de Dios para mantener mi espíritu nutrido y obtener mi entusiasmo de Él.
Sin importar lo que la gente haga para ganarse la vida o cuál crea que es su llamado en la vida, todos necesitamos estar cerca de Dios. Él es el único que puede darnos el consuelo, el alivió y la fortaleza que necesitamos. Si intentamos llenar nuestra necesidad de Dios con cualquier otra cosa, incluyendo la comida, seguiremos sintiéndonos vacíos y secos. Muchas adicciones vienen de estar espiritualmente hambriento. Incluso las adiciones a la comida pueden estar arraigadas en problemas espirituales, no en ningún tipo de hambre física. Algunos de los síntomas clásicos de la adicción a la comida son los siguientes:
- Comer como reacción inmediata al estrés.
- Sentirse pero en vez de mejor después de comer.
- Sentir que nada está completo si no se acompaña de comida.
¿Por qué molestarse?
Si usted ha identificado una falta de nutrición espiritual en su vida, ¿por qué querría arreglo? ¿Qué bien haría conseguir la comida espiritual que necesita? Permítame explicarlo.
Si usted tiene una vida espiritual abundante, estará satisfecho con los momentos y experiencias de su vida y no necesitará suplemental esos momentos con ningún tipo de alimento. Piense en ello. Cuando camina por el campo en una noche veraniega y ve las luciérnagas, ¿acaso no es un momento reconfortante? Cuando aprieta la mano de su bebe recién nacido o su nieto por primera vez o su nieto por primera vez, ese es un momento reconfortante. Ni siquiera piensa: Es bonito apretar su mano, pero me sentiría mejor si me comiera una rasquiña. No, está asombrado y completamente satisfecho, quizá incluso abrumado por el gozo. Ese momento está completo en si mismo: no necesita más.
Cuando reciba el alimento espiritual que necesita, estará total y completamente satisfecho. Todos sus momentos estarán completos y no necesitará suplementarios. No sentirá que le falta o que anhela algo más, y no le costará comer y beber solo lo que su cuerpo realmente necesite.
CINCO FORMAS DE ALIMENTAR SU ESPIRITU
- SEA HONESTO. Comience reconociendo que su problema es espiritual. Admita que su espíritu no esta consiguiendo lo que necesita de la vida. Cuando lo haga Dios le mostrará como cambiar eso.
- PIDA. Todos debemos saber que Dios oye el desalentado clamor de nuestro corazón. Podemos dejar de intentar hacer todo por nosotros mismos y pedirle ayuda a Dios.
- DESPLACE SUS MALOS HÁBITOS. Los malos hábitos necesitan espacio para funcionar. Orar regularmente por las tentaciones y no esperar hasta que llegue la tentación es sabio, y un plan de batalla agresivo.
- PROGRAMAS DE APOYO. Si ve que está luchando solo para conseguir avanzar en su vida, pruebe con algún grupo.
- DELE ALGO DE TIEMPO. El éxito instantáneo se produce muy raras veces así que no planee tenerlo así. El cambio es siempre difícil al principio. Como muchos han oído romper un mal hábito requiere de unos 30 días. Enfóquese en el buen hábito que esta formando en vez del malo que esta rompiendo.
Buena salud Buena vida Joyce Meyer