La oración
Vamos ha sacar del camino rápidamente uno de los obstáculos: nuestra creencia errónea de que la voluntad de Dios es más apretada, más angosta. más encogida y , ciertamente, más aburrida que la nuestra. Hemos permitido que el ladrón del humanismo nos convenza de que la voluntad de Dios es sacrificio en todo sentido. La voluntad de Dios para nuestra vidas es más amplia que la nuestra, que no se puede comparar. Él tiene planeado para nosotros mucho más de lo que nuestros ojos pueden ver, nuestros oídos escuchar, y nuestras mentes imaginar (1cor. 2:9) Sí, Dios nos llama a sacrificar cosas menores, pero sólo para tener más lugar donde poner las cosas mayores. Las cosas duraderas. Las cosas que importan, más que una pila de frijoles diría mi abuela. No podemos tener realmente confianza en la oración si no estamos convencidos de que su voluntad para nuestras vidas excede la nuestra.
La confianza específica de la que Juan habla, y que debemos tener en la oración, es que Dios realmente nos escucha. “Y si sabemos que Dios oye…” Amado, ¿sabes que Dios nos escucha? ¿Tienes absoluta confianza en que tus oraciones son escuchadas? Me temo que una razón por la que muchas de nuestras oraciones no tienen poder es porque las basamos solamente en la esperanza. En otras palabras, esperamos que Dios nos escuche, peno no estamos realmente seguros. Multitudes suponen que la oración es mejor que nada, y, por si acaso funciona, se sienten contentos de haberla hecho. Otros la comparan con apenas un pensamiento positivo, en lugar de una petición específica al Dios que vive y escucha, creador y poseedor de todas las cosas.
Cuando Jesús se preparo para llamar a Lázaro de la tumba, él “alzando la vista dijo : Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Ya sabía yo que siempre me escuchas”. (Jn. 11:41-42 NVI) ¿Te imaginas qué diferencia sería en nuestra vida de oración si supiéramos que (Dios) siempre (nos escucha) ¿Qué pasaría si Cristo apareciera, con manto y corona, en la silla que está al lado de donde tenemos nuestro tiempo de oración y dijera: “Comienza a hablar hijo mío. Te estoy escuchando”. ¿Oraríamos de una manera diferente? Me encanta la referencia de Juan 11:41 cuando dice que Cristo, alzando la vista, habló con el Dios del universo y que todos los recursos del cielo y de la tierra estaban a su disposición. ¡Por eso tuvo confianza de levantar a un muerto!
Uno puede razonar que Cristo podía tener la confianza de que era escuchado porque siempre oraba dentro de la voluntad de Dios. Yo estoy por decir algo que puede sonar casi herético, pero voy a aprovechar la oportunidad de levantar cejas porque creo que la Escritura me respalda: Muchos de nosotros estamos haciendo que la voluntad de Dios sea mucho más difícil de encontrar de lo que realmente es. Si tenemos una relación activa con Dios, y exponemos el corazón y la mente con regularidad a su Palabra, nuestras oraciones generalmente van a caer dentro de los límites de la voluntad de Dios. Juan 15:7 nos presta este apoyo: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá´. (NVI) Dicho de otra manera, las palabras de Dios funcionan drásticamente para amoldar nuestros deseos a ala voluntad de Dios. Eso es lo que el salmista quiere cuando nos invita a deleitarnos en el Señor porque así el nos concederá los deseos de nuestro corazón )salmo 37:4) Cuanto ,más controla el Señor nuestras pasiones y nos llena la mente con su Palabra, más listos estamos para orar y conseguir lo que deseamos.
¡Deja de hacer las cosas difíciles! Aunque tú y yo no tengamos las palabras correctas, si nuestro corazón está bien. Dios nos escucha. ¿Tienes sinceramente un corazón deseoso de Dios? ¿Estás consumiendo su Palabra con regularidad, tratando de tener una íntima relación con él, aún cuando ninguno de nosotros pueda decir que ha “llegado” (Fil. 3:13) ?
Entonces, derrama el corazón ante él, ¡Ora , sabiendo que Dios te escucha! Mientras tenga en sus manos nuestro corazón, moldeará nuestros deseos para acercarlos a los suyos, y su voluntad para nuestra vida nos hallará muy pronto.
Beth Moore.