Orar por otros

orar

Dios no tiene en cuenta la aritmética de nuestras oraciones, cuántas son; ni la retórica de nuestras oraciones, cuán elocuentes son, ni la geometría de nuestras oraciones, qué largo tienen; ni la música de nuestras oraciones, cuán dulce sea nuestra voz; ni el método de nuestras oraciones, cuán ordenadas sean. Lo que vale delante de Él es la devoción de espíritu.

Nada hay que nos haga amar más a una persona que orar por ella. Cuando tú oras sinceramente por otro, pones el alma en condiciones de realizar cualquier cosa que sea buena y amable para con aquella persona. Tírate de rodillas diariamente en solemne y premeditada ejecución de esta devoción. Ora por otros en tal forma, con tanta extensión, importunidad y fervor como lo haces por ti; y verás cómo mueren las malas pasiones y el corazón se te torna grande y generoso. William Law.

Las oraciones de hombres y mujeres piadosos  pueden lograr más que todas las fuerzas militares del mundo.“La oración es más poderosa que la aviación.”

Comments

comments