Pelea la buena batalla de la fe
Ésta la victoria que vence al mundo, nuestra fe… 1 Juan 5:4
Napoleón observaba rápidamente cuál era la posición estratégica para ofrecer combate. Entonces lanzaba todas sus fuerzas y recursos a la conquista y conservación de aquel lugar, sin importarle el sacrificio de sus tropas.
Para lograr conquistas espirituales, los soldados del ejército de Dios deben estar preparados y alertas para hacer lo mismo. Gordon B. Watt dijo una vez: “Debemos hallar el punto de obstrucción y orar definidamente acerca de él. La mente debe adquirir la convicción. La voluntad debe ponerse en juego para realizar la acción correcta. La oración debe concentrarse sobre el estorbo, sea cual ea, en cuanto sea revelado por Dios.”
¡Cuán maravillosa es la oración! Oró el siervo de Abraham y apareció Rebeca. Jacob lucha, ora y prevalece con Cristo… y los sentimientos vengativos de Esaú, acariciados durante veinte años, desaparecen. Moisés clama a Dios… y el mar le abre paso. Moisés ora… y Amelec es derrotado. Josué oro… y Acán queda en descubierto, Ana ora… y nace Samuel. David ora… y Anitofel se cuelga. Asa ora… y obtiene la victoria. Josafat clama a Dios… y Dios hace huir a sus enemigos. Isaías ora… y recibe revelación del sueño. Daniel oró … y los leones permanecieron con las bocas cerradas. Daniel ora… y le son reveladas las setenta semanas. Esdras ora en Acaba… y Dios responde. Nehemías empieza una oración… y el corazón del rey se ablanda en un monto. Elías ora… y se abre el Jordán. La iglesia ora ardientemente… y un ángel libra a Pedro de la cárcel.
El arma de la oración prevalece contra las armas del mal. Trae poder. Trae fuego. Trae lluvia. Trae vida. ¡Trae a Dios mismo a nuestra vida| No hay poder semejante al de la oración que prevalece. Procura ser bien definido con Dios. Atrévete a aferrarte de sus promesas y espera en fe hasta que venga la respuesta. ¡ La victoria nos viene a través del Calvario! -Autor desconocido